Me
apetece tumbarme sobre ti, besarte y permanecer así un rato, o toda la vida si
pudiéramos. Intercalando besos y palabras. Y suspiros. Y silencios. Sintiéndote
conmigo. Me apetece cogerte de las manos y jugar con ellas mientras te hablo y
me río. O te hago reír a ti. Me apetece hacerte rabiar, que me llames "amor".
Y que luego sea yo la que te llame "vida" a ti. Me apetece
preguntarte cuánto me quieres, aunque me lo repitas continuamente. Y decirte
que yo te quiero más. Me apetece ponerte nervioso, tocarte. Quiero abrazarte y
pensar en ese momento, que nunca te soltaré. Porque siempre estaré abrazándote,
para no dejarte escapar. Me apetece también escuchar tu corazón y acariciarte
mientras cierro los ojos. Me apetece llorar de felicidad y que me seques las
lágrimas cuidadosamente. Me apetece mirarte a los ojos y decirte que te amo.
Me apeteces tú. Y cuando digo eso, también incluye todo lo anterior.
Me apeteces tú. Y cuando digo eso, también incluye todo lo anterior.
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